El papel de las memorias y los derechos humanos en la educación para la democracia

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Académicos, estudiantes e investigadores de las universidades Javeriana, Católica del Perú y Católica de Chile se dieron a la tarea de hablar sobre los procesos, iniciativas y experiencias que se están llevando a cabo en cada uno de los países sobre estas temáticas.
1 de diciembre de 2023

Académicos, estudiantes e investigadores de las universidades Javeriana, Católica del Perú y Católica de Chile se dieron a la tarea de hablar sobre los procesos, iniciativas y experiencias que se están llevando a cabo en cada uno de los países sobre estas temáticas.

El espacio tuvo lugar este 30 de noviembre en Perú, en el marco del Simposio permanente Educar para la Democracia. Durante la jornada se realizaron cuatro paneles.

Procesos de Justicia transicional
El primer panel del día abordó el proceso de justicia transicional en los tres países con una mirada tanto institucional como desde la sociedad civil, poniendo énfasis en la memoria.

Lorena Vega, profesora asistente de la Pontificia Universidad Javeriana, explicó que Colombia ha estado sumida en un conflicto armado en los últimos 60 años y eso trajo como consecuencia una Justicia Restaurativa que es un tipo de justicia que no solo está enfocada en el ofensor (el victimario), sino que además las víctimas tienen un protagonismo. “Para que cualquier conflicto se solucione se necesita que la comunidad se implique, que asuma su rol. Las víctimas, por ejemplo, necesitan herramientas para sentirse parte de la sociedad” puntualizó.

Patricio Zapata, profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad Católica de Chile, hizo un análisis sobre cómo se percibe la sociedad de su país tras la dictadura de Pinochet, además expresó que “hay pocas razones para ser optimistas, afortunadamente no se necesita ser optimistas, sino que hay que tener esperanza que no es lo mismo. La esperanza es una actitud más radical. La esperanza es cristiana. El sentido de todo esto es la educación, la educación es la esperanza de que uno puede cambiar las cosas”.

El investigador Félix Reátegui, de Perú dio a conocer que, a diferencia de Colombia, en Perú no ha existido un acercamiento a la Justicia Transicional. No hay una familiaridad por el concepto y esto se debe a que no hubo una negociación, ni un acuerdo de paz con Sendero Luminoso (El Partido Comunista del Perú), debido a que cuando se empezó a hablar del término el partido ya estaba derrotado. “Lo cierto es que hemos tenido un proceso armado interno, pero no ha habido una política dirigida, la mirada peruana ha sido la de encerrar al demonio en la botella, tapar y pensar que si cerramos los ojos va a desaparecer del todo. Perú después del conflicto armado, nunca se asumió como una sociedad de posguerra. Hay secuelas, que están ahí y que van más allá de lo que cabría en una justicia transicional”, concluyó Reátegui.

Experiencias de memorias prácticas e iniciativas
Este panel se centró en el análisis de las diversas iniciativas y experiencias de memoria que se han desarrollado con la finalidad de memorializar y elaborar el pasado traumático, como memoriales, museos, archivos y artefactos culturales.

       

Julián David Gutiérrez, estudiante de la Javeriana habló sobre el valor de la imagen y se centró en el fenómeno de la subexposición que hace referencia a las imágenes que tienen muy poca luz: “Cuando damos una cifra de hechos violentos estamos viendo solo números, esa es la subexposición, eso invisibiliza” expresó. El también maestro en Artes Visuales se refirió a la importancia de no solo contar números también hay que contar lo que ha pasado, darle rostro a la cifra.

Paula Smith, licenciada en Historia y estudiante de la Católica de Chile visibilizó La Vicaria de la Solidaridad, un organismo de la iglesia que sirvió para denunciar la represión de la dictadura militar, actualmente funciona como un archivo en el que no solo “se conserva la memoria de todo un país, sino que también la memoria de sus víctimas y sus familiares. Es un lugar de memoria multifacética. Cuenta no solo lo que le pasó a mis familiares y amigos sino lo que le pasó a Chile”. Además, habló de la importancia de la memoria como un despertar que impulsa hacer algo por quienes sufrieron.

Carla Cáceres, graduada de la Maestría en Antropología en la Universidad Católica del Perú habló sobre el festival Arena y Esteras, una iniciativa que alberga artistas y colectivos que vivieron el conflicto “a través del arte se busca reparar a las víctimas. Asumir responsabilidades, realizar conmemoraciones, dar excusas públicas. Trabajar en el pasado de las personas” además aseguró que las memorias tienen temporalidades “aquello que ha sido silenciado en el pasado, puede surgir y alzar la voz en el presente” concluyó.

Disenso y debates en torno a las interpretaciones del pasado y su relación con la democracia y los DD.HH

Este espacio abordó la manera en que el pasado es un escenario de disputa entre los diferentes actores políticos y sociales.

Iris Jave, investigadora y docente de la Universidad católica del Perú abordó las distintas narrativas de las memorias explicó que “tenemos un débil tejido social, un escaso interés por parte de la ciudadanía. Se han implementado una serie de políticas alrededor de las reparaciones, pero en las reparaciones hay una brecha, que tiene que ver con la dimensión simbólica, hay narrativas que intentan distorsionar lo que ocurrió”.

Carlos Moreno León, profesor asistente del Departamento de Ciencias Políticas de la Universidad Javeriana se basó en un estudio realizado por ACDI/VOCA en el que se evidencia que para la mayoría de los colombianos la reconstrucción de la memoria y la verdad es necesaria, pero los rasgos identitarios relacionados con el género, la etnicidad y las experiencias en la guerra marcan diferencias en el cómo ven y entienden la paz y la verdad los distintos protagonistas. “Los colombianos no tenemos problemas con la paz. Pero cada persona entiende cosas muy distintas de lo que es la paz”. La encuesta también pone en evidencia que el 92% de la gente le parece importante reconstruir la verdad “el problema es que no hay una visión única de lo que es la verdad y la reconstrucción de la memoria”, expresó.

Nancy Nicholls, investigadora y docente de la Universidad Católica de Chile recordó que este año se cumplió el aniversario número 50 del golpe de Estado en Chile y sin embargo en una reciente encuesta salió a la luz que el 41% de los jóvenes no saben nada sobre lo que ocurrió y que el 30% lo justifica “esto es preocupante, es un retroceso. Hace 10 años era diferente, había más consciencia de la importancia de los derechos humanos. En Chile no están interesados en discutir sobre el golpe. Lo ven como algo muy ajeno. La educación en Derechos Humanos reclama nuevas categorías de memoria”.

Posmemoria y transmisión intergeneracional

El panel tuvo como objetivo reflexionar y discutir sobre cómo las nuevas generaciones se aproximan a los procesos de memorialización y conmemoración del pasado.

El docente Antonio Zúñiga de la Universidad Católica del Perú recordó que es importante no asociar la memoria únicamente a los procesos como consecuencia del conflicto armado, puesto que los derechos humanos amparan todo tipo de contextos. “En el Perú, por ejemplo, unos trabajadores fallecieron en un incendio, porque el jefe los dejaba encerrados, ese tipo de hechos que no están asociadas a un genocidio también hacen parte de las vulneraciones de los derechos humanos”, aseguró Zúniga, además enfatizó en que la memoria es un derecho no un deber “no hay una obligación de recordar el pasado violento, pero sí es un deber”.

Por su lado, Trinidad Garrido, estudiante de la Universidad Católica de Chile habló sobre la posmemoria: ese proceso que experimenta la segunda generación de las víctimas. La construcción de la memoria entre los hijos y nietos se asemeja a un rompecabezas. “En la transmisión oral y recepción de memorias traumáticas en este grupo existen semejanzas y diferencias en la forma de recordar, además existe una diversidad de formas de transmisión y recepción de las experiencias”, aseguró Garrido.

Para concluir esta jornada, Camilo Ayala estudiante de Relaciones Internacionales de la Universidad Javeriana, quiso salirse un poco del esquema y contó a los asistentes su historia. Ayala es oriundo de Puerto Rico, Meta, el pueblo que tiene un récord y es el de la toma guerrillera más grande de la historia “2.600 guerrilleros se tomaron un pueblo de 1.600 habitantes”, explicó. Durante este hecho perdió a su tío y quedó desplazado. Vivió un tiempo en las calles de Bogotá, anhelando algún día ser un soldado para “matar a los malos”.  La vida le cambió cuando entró al colegio y se dio cuenta que había formas artísticas para representar lo que sentía. Decidió contar historias a través del cine “reconstruí mi memoria para darme mi propia identidad, no quiero dar lástima ni pesar, mi mensaje es la esperanza”. Además, cerró su intervención haciendo un llamado a creer en el arte como una manera de afrontar el dolor “la paz requiere algo de riesgo e imaginación” puntualizó.