643 mil estudiantes perdieron el año escolar en 2021

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El Laboratorio de Economía de la Educación (LEE) de la Universidad Javeriana analizó los indicadores de eficiencia educativa en Colombia: cobertura, reprobación, deserción y aprobación en los colegios, según los últimos datos (2021) reportados por el Ministerio de Educación Nacional.

El informe que se presentó el pasado 16 de mayo se enfocó en un análisis por departamentos, por sexo masculino y femenino, y por niveles educativos: transición, básica ( que incluye primaria de 1º a 5º y secundaria  de 6º a 9º) y media (que corresponde a 10º y 11º), alertando, en especial, sobre las cifras de deserción y reprobación. Sobre la deserción se destaca que, en 2021, cerca de 333 mil estudiantes desertaron del sistema educativo. De esta cifra, los hombres presentan mayores tasas de deserción que las mujeres, en especial en los grados de secundaria, es decir de 6º a 9º. Putumayo, Caquetá y Guanía son las regiones con las tasas de deserción más altas. Por el contrario, Bogotá y Atlántico tienen las tasas más bajas.

Los analistas sugieren que los hombres presentan tasas promedio más altas de deserción que las mujeres, relacionado con que los hombres enfrentan más posibilidades de trabajo infantil o riesgos como el consumo de sustancias psicoactivas, delincuencia juvenil o reclutamiento forzado.

Sobre la reprobación, es decir, los estudiantes que pierden el año escolar, 643 mil estudiantes, en su mayoría hombres en secundaria, reprobaron en 2021. Vichada, Guanía y Chocó tienen las tasas más altas de reprobación. Por el contrario, Arauca, Magdalena y Cundinamaraca tienen las tasas más bajas.

Los investigadores concluyen que Guainía y Vichada son los departamentos con mayores tasas reprobación y deserción del país, y, en general, estos departamentos presentan los retos más grandes sobre todos los indicadores de la eficiencia interna (cobertura, aprobación, reprobación y deserción) de la educación básica y media.

Además, los analistas insisten que el proceso formativo necesita una observación especial en el paso de quinto a sexto grado y de noveno a décimo grado, ya que en estos niveles es donde se presentan los peores resultados en las tasas de reprobación y deserción.

“La deserción y la reprobación generan costos para el sistema educativo, el Estado y las familias, pues implica que los recursos invertidos, por estudiante desertor o que pierde el año escolar, deberán considerarse nuevamente en otro año escolar.” Se lee en el informe.

Los investigadores realizaron el cálculo de los costos de la reprobación escolar y estimaron que, entre gastos del Estado y gastos promedio de las familias, el país perdió alrededor de 2.8 billones de pesos por los 643 mil estudiantes reprobados del sistema educativo en 2021.

El LEE de la Javeriana insiste en que, aunque las tasas de deserción y reprobación disminuyeron ligeramente de 2020 a 2021, es importante mejorar la calidad educativa de forma integral. La reprobación tiene efectos negativos en los estudiantes, no solo en lo académico sino en lo psicológico, motivando a la deserción, además de la ineficiencia de los procesos de aprendizaje, especialmente cuando no se identifican y corrigen las causas de la reprobación escolar y el repitente recibe más de lo mismo.

Los investigadores recomiendan:

  1. El seguimiento, con estrategias de nivelación o tutorías, a los estudiantes rezagados. Además, dar acompañamiento psicosocial a los repitentes, incitando en el empoderamiento de las habilidades socioemocionales, y estrategias de enseñanza diferenciales, pues repetir año puede afectarlos emocionalmente a los estudiantes por los cambios que implica, adaptación a un nuevo grupo de compañeros, o ser víctimas de matoneo por ser repitente, entre otros.

  2. La identificación y recuperación de los desertores, que además están expuestos a mayores probabilidades de trabajo infantil, riesgos como el consumo de sustancias psicoactivas, delincuencia juvenil o reclutamiento forzado.

  3. El fortalecimiento de los procesos de cualificación docente, para que a través de la formación y evaluación de los docentes puedan aprender y desarrollar estrategias pedagógicas que contribuyan a mejorar el aprendizaje de los estudiantes y así mejorar tasas de aprobación. Asimismo, minimizar el costo de oportunidad de la reprobación.

  4. Contar con información actualizada de modo que permita tomar acciones y decisiones oportunas desde las entidades territoriales y Ministerio de Educación Nacional, para mejorar las tasas de eficiencia interna de la educación en Colombia.

  5. La participación de los padres de familia en los procesos educativos de los hijos, de modo que se alineen los propósitos y acciones concretas para fomentar ambientes protectores para los niños, niñas y adolescentes.

  6. Alianzas entre los colegios y organizaciones comunitarias para generar redes de apoyo y fomentar una cultura sobre la importancia de que los niños, niñas y adolescentes no deserten del sistema escolar.

Encuentre el informe completo aquí